Hoy no es un día como otro cualquiera.
Es un día especial, y así quiero que se refleje en mi vida.
Siento que desde hace unas cuantas semanas, estoy especialmente sensible y emotiva.
Quizás sean las hormonas, la química, la edad que todo lo transforma, la evolución de la vida, o qué se yo... pero quiero recordar momentos, lugares y personas que me han hecho feliz alguna vez.
Este poema se lo dedico a mi amiga del alma.
AMIGA
Mi amiga es como es, y
yo soy de otra manera.
Cada una tan distinta
y tan nosotras a la vez.
Reconoce todo en mí.
Sabe
todo de mí.
Hablamos desde el
fondo de nuestras almas.
Hablamos y no pienso,
solo siento las palabras.
Hablamos y escucho
con bondad,
Con paz, con total
dejadez me dejo llevar.
No juzga,
No dora,
No daña.
Ella me acepta, me
quiere y me acompaña.
Ahora no te veo, ni
te oigo todos los días como en Ayala.
Aquel piso, refugio
de todas las locas.
Reuniones sin final,
sin motivo y sin razón,
Cuando todo era
joven, bello y divertido.
La vida y los años
han pasado muy deprisa.
Cada camino, cada
amor y cada hijo,
Nos han forjado almas
más duras.
Ya no somos las
mismas veinteañeras inocentes,
Pero hablo contigo y
no ha pasado el tiempo,
Noto que el lazo sigue vivo,
Siento que siempre estás
ahí, que no estoy sola,
Que eternamente nos
tendremos la una a la otra,
Que esto nuestro es
para siempre.
Encarna Fernández
Benavente.
1 de julio de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario o crítica.