jueves, 5 de julio de 2018


Hoy no es un día como otro cualquiera.
 Es un día especial, y así quiero que se refleje en mi vida.
 Siento que desde hace unas cuantas semanas, estoy especialmente sensible y emotiva.
  Quizás sean las hormonas, la química, la edad que todo lo transforma, la evolución de la vida, o qué se yo... pero quiero recordar momentos, lugares y personas que me han hecho feliz alguna vez.
Este poema se lo dedico a mi amiga del alma.


AMIGA

Mi amiga es como es, y yo soy de otra manera.
Cada una tan distinta y tan nosotras a la vez.
Reconoce todo en mí.
Sabe todo de mí.

Hablamos desde el fondo de nuestras almas.
Hablamos y no pienso, solo siento las palabras.
Hablamos y escucho con bondad,
Con paz, con total dejadez me dejo llevar.
No juzga,
No dora,
No daña.
Ella me acepta, me quiere y me acompaña.

Ahora no te veo, ni te oigo todos los días como en Ayala.
Aquel piso, refugio de todas las locas.
Reuniones sin final, sin motivo y sin razón,
Cuando todo era joven, bello y divertido.

La vida y los años han pasado muy deprisa.
Cada camino, cada amor y cada hijo,
Nos han forjado almas más duras.
Ya no somos las mismas veinteañeras inocentes,
Pero hablo contigo y no ha pasado el tiempo,
 Noto que el lazo sigue vivo,
Siento que siempre estás ahí, que no estoy sola,
Que eternamente nos tendremos la una a la otra,
Que esto nuestro es para siempre.



Encarna Fernández Benavente.                                                                                  1 de julio de 2018

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