En esta ocasión me gustaría
recomendar una escapada a las ciudades del norte de Alemania. Hemos elegido
Hamburgo, Bremen y Lubeck para visitarlas en los cuatro días del puente de
mayo. Es un viaje muy cómodo, ya que hay vuelo directo a Hamburgo desde
Alicante, y una vez allí, tanto Bremen como Lubeck, son preciosas ciudades que
se encuentran a tan solo una hora de tren, y además, su reducido tamaño permite
verlas en un solo día.
Hacía bastante tiempo que quería
ir a Hamburgo por ser conocida como la Venecia del norte. Realmente es una ciudad con muchos canales y
puentes, y toda su vida gira en torno al puerto, pero en absoluto se parece a
Venecia. Son ciudades completamente diferentes. Supongo que la comparación es
un reclamo publicitario.
Hamburgo me ha parecido
una ciudad dinámica, moderna y de gente trabajadora, llena de actividad, especialmente
divertida y orgullosa de sus orígenes, su historia y su prestigio de ciudad
libre y hanseática.
Dado que fue completamente devastada
por los bombardeos de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, la ciudad tuvo
que ser levantada casi en su totalidad, y tras la unificación alemana ha
luchado por recuperar su privilegiada y antigua posición económica.
Mientras Bremen y
Lubeck conservan perfectamente la típica arquitectura medieval; casco antiguo
amurallado, plaza del mercado, catedral, ayuntamiento, calles estrechas y
laberínticas, iglesias, torres, monasterios, etc. Hamburgo ofrece un aspecto
más moderno, con robustos y emblemáticos edificios de ladrillo oscuro,
levantados a principios del siglo XX, que representan a las mayores compañías
comerciales del mundo, y junto a estos, las frágiles y extraordinarias obras
contemporáneas de fachadas acristaladas. El nuevo icono de la ciudad es La
Filarmónica del Elba, bloque levantado a orillas del rio, junto a los muelles,
en el barrio de HafenCity, un imponente proyecto que completará el mayor
desarrollo de un centro urbano en Europa. Pero, además de su modernidad, no
debemos perdernos algunas obras que perduran del pasado: el Ayuntamiento o
Rathaus, de estilo neorrenacentista, la iglesia de Sankt Michaelis y la iglesia
de St. Petri, son algunas muestras de ello.
Por otro lado, y para
comprobar lo alegres y animados que son en Hamburgo, os recomiendo un buen
paseo, en la noche, por el barrio de St. Pauli; el barrio transgresor e
inconfundible barrio rojo, lleno de clubes, bares, restaurantes, etc.
Como podéis observar, Hamburgo
tiene de todo. Además, hemos comido muy bien, especialmente buenos pescados, y
siempre acompañados de buena cerveza.
A continuación, os
pongo un enlace de un diario de viaje que he escrito para la web “los
viajeros”. Es una página de gran ayuda en mis escapadas y me he animado a
participar y hacer mi humilde aportación para futuros viajeros. Incluye texto y
fotos.
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