Hoy es 1 de octubre de 2017. Intento de referéndum
catalán, ilegal según el Tribunal Constitucional.
Hoy no podría quedarme
callada. Está siendo, como me esperaba, un día vergonzoso para la política de
España incluida Cataluña. Se intentan crear dos bandos enfrentados y lo están consiguiendo.
Me pregunto, si en España, ¿siempre va a ser así?, ¿somos tan viscerales, tan
poco racionales que siempre nos vamos a dejar manipular por nuestros nefastos políticos?
¿Han de crearse dos bandos necesariamente enfrentados? ¿Somos los ciudadanos los que les
tenemos que salvar el culo a los políticos cuando nos dirigen a una locura
nacionalista como la organizada hoy? ¿Es normal que se enfrenten hermanos
contra hermanos? Parece que esto es una
realidad aquí.
No me sorprende lo que veo por televisión: Intolerancia, agresividad
y violencia.
¿Qué esperaban ambas partes? Sospecho que tanto el Estado español
como el Gobern de Catalunya intuían los acontecimientos. Votantes exaltados e insatisfechos
porque no les dejan votar y policía que tiene que cumplir órdenes para impedir
el voto. Un cóctel difícil de compaginar.
Pienso que, en realidad, todos ellos, y, en
consecuencia, todos nosotros, somos víctimas de la mala gestión y la peor administración
de nuestros políticos de turno.
Catalanes manipulados y adoctrinados en una educación
nacionalista que les ha convencido de su superioridad encubierta, de que
podrían ser independientes y podrían llegar a vivir en un lugar idílico, con
leyes progresistas y modernas, dirigidos por políticos incorruptos que apenas
les iban a cobrar impuestos, donde podrían desarrollar todos sus sueños.
Estos políticos
les han creado, engañosamente, una ilusión, una utopía, que “compraríamos” todos.
Y estos catalanes, en su afán se conseguir su “mundo feliz” hoy salen a
manifestarse y a votar en un referéndum ilegal, sin garantías democráticas, que
en realidad se ha convertido en un circo. Referéndum con urnas sospechosas,
urnas en la calle sin control, censo sin control, mesas electorales formadas
por los primeros que llegan al colegio, etc. No existe ningún rigor en la
votación y supongo que no lo va a haber en el recuento de los votos. ¿Quién se
puede engañar y respetar este referéndum?
Por otro lado, están los policías que cumplen órdenes de
impedir la votación. Fuerzas de seguridad de un Estado que no ha previsto las
consecuencias de esta rebelión secesionista. Incongruentes decisiones de un
gobierno que no ha sabido actuar con anticipación, que ha consentido “todo” a
una autonomía que ya venía amenazando con la deriva independentista desde hace
muchos años. Dejadez absoluta para defender los derechos de los catalanes no
independentistas que se han sentido aislados y acomplejados ante las posturas
totalitarias de los radicales de la CUP y Junts pel sí.
En este pequeño post es imposible extenderme para relatar todos
los detalles, todas las palabras y acciones políticas que ambas partes han
hecho mal durante los últimos tiempos. Unos por acción y otros por omisión, han
permitido que los ciudadanos catalanes vivan en un mundo más inseguro y menos
libre. Un lugar y un momento de la historia que no nos hubiera gustado vivir
nunca.
A pesar de todo, no sería justo equiparar la errónea e
ineficaz actitud del Gobierno de España, con la actuación radicalizada y
totalitaria de unos cuantos partidos politicos catalanes que solo tienen en su hoja
de ruta la secesión de Cataluña. Parlamentarios catalanes que no respetan el
Estado de Derecho, que no respetan la ley, o aun peor, que manipulan las leyes
a su antojo. Parlamentarios catalanes que permitieron el bochornoso espectáculo
ocurrido el día 7 de septiembre de 2017, cuando el Parlament aprobó el referéndum,
sin importarles las consecuencias ni la discrepancia de la mitad de catalanes
que no apoyan el independentismo. Parlamentarios catalanes que maniobraron de
manera interesada para llevar a cabo un referéndum en el que el resultado es lo
de menos, porque, solamente irán a votar los partidarios del sí a la
independencia. Sentí vergüenza, cuando ante risas y en ausencia de algunos
parlamentarios de la oposición, fueron arrebatadas las banderas que estos habían
depositado en sus escaños.
Solo nos queda estar atentos ante los hechos, pero ni los
radicales secesionistas van a quedarse de brazos cruzados, ni el Gobierno
español va a cambiar su política inmovilista de “aquí no pasa nada”. Solo el diálogo y los pactos políticos pueden solucionar esta situación. Veremos cuál
es la altura de miras y el interés de los políticos de ambos lados para
solucionar los problemas de los ciudadanos.
Así mismo, pediría equidistancia
e imparcialidad en los medios de comunicación, algo de lo que escasean bastante
nuestros informadores, a los que les cuesta mucho ser objetivos en sus
comentarios.
Personalmente, estoy deseando que el día de hoy termine y
que los más inteligentes no entren al trapo de las provocaciones de los más
irritados.
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