8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE
LA MUJER.
´Los orígenes del día internacional de la mujer |
Ayer me sentí feliz.
El 8 de marzo ha sido todo un
éxito para las mujeres y para el feminismo. La manifestación convocada a las
19:00 horas en el Mercado Central de Alicante fue multitudinaria. Nos reunimos
hombres y mujeres en un grito común por la igualdad de género.
El lema en España era
“sin nosotras, se para el mundo”.
Esto
supone una realidad evidente a los ojos de cualquiera, pero ayer tenía que
visualizarse. Las mujeres salimos a protestar contra la brecha salarial que
separa a hombres y mujeres, contra la dificultad de compaginar trabajo y
maternidad, contra la violencia de género, salimos a reivindicar una educación
que fomente la igualdad entre niños y niñas, una educación en valores, en
libertad y respeto por los otros, y sin estereotipos.
A pesar de que las mujeres somos
el 50% de la población mundial siguen existiendo diferencias injustas e
irracionales que esta sociedad occidental ya no puede soportar por más tiempo.
Este desequilibrio laboral, doméstico, económico y social, ha sido una de las
causas de la huelga (poco secundada) y de la manifestación de la tarde en las
calles de todas las ciudades españolas, que fue mayoritariamente seguida y
apoyada por todo tipo de público.
Ayer, 8 de marzo, fue
un día diferente y especial. Desde por la mañana se notaba en el ambiente, o al
menos, yo lo notaba. Tuve que arreglar un papeleo en las oficinas de la
Seguridad Social y, mientras un funcionario me gestionaba el trámite, la guarda
de seguridad me comentó que algunos individuos no paraban de increparla en las
redes sociales por unos comentarios feministas que ella había colgado el día
anterior. Charlamos un ratito y concluimos que much@s no se han enterado de
nada todavía.
Salí de las oficinas y
me dirigí al Centro de Salud donde pude observar cómo unas cuantas mujeres que
trabajan allí salían felices y se preparaban para seguir la huelga mientras
algunos pacientes se indignaban por esta actuación. ¡Un poquito de empatía
señores!!! Que no se hace una huelga a nivel internacional todos los días.
Hacía calor, un sol radiante
y me apetecía disfrutar de la calle; me acerqué al Centro Comercial y en la
puerta de acceso un grupo de 20 a 25 mujeres se concentraban con banderas
moradas en pro de la huelga y las demandas feministas. Dentro del centro
comercial note cierto desamparo, estaba bastante vacío y, sorprendentemente,
algunos comercios cerrados. Me llamó especialmente la atención que H&M
permaneciera con las persianas bajadas y un cartel que explicaba los motivos
del cierre y su adhesión a la huelga. Disculpen las molestias, gracias. Bajando
las escaleras mecánicas, un padre se agachaba para explicar cariñosamente a su
niño que era un día especial para las mujeres. Me conmovió, la verdad.
No consumí nada en
absoluto, no gasté un euro, quería participar y contribuir al “parón” económico
que estábamos provocando las mujeres.
Volví a mi casa y
revisé Facebook e Instagram que estaban que echaban humo y escribí algunos
comentarios. También apoyé moralmente y con muchos likes la causa de las mujeres. Realmente, estaba un poco
sorprendida por la gran cantidad de mensajes que iban circulando y los WhatsApp
de felicitaciones de muchas amigas. Entre tantos y tantos, también tenían cabida
algunos chistosos y divertidos.
Ya empezaba a suponer
que la manifestación de la tarde iba a ser un éxito.
A las 18:20 salimos, mi
amiga y yo, caminando hacia la manifestación. Según nos acercábamos se iba
sumando más y más gente. No imaginaba que se animaran tantos hombres, pero realmente
había bastantes. La avenida de Alfonso X el Sabio estaba completamente llena.
No sé cuántos miles de
personas habíamos salido a la calle para manifestar nuestra denuncia por la
falta de igualdad entre hombres y mujeres, nuestra indignación por la falta de
respeto que mantiene esta sociedad hacia nosotras y, por supuesto, por
solidaridad con todas las mujeres asesinadas por la violencia machista. Ellas también
estaban allí.
El ambiente era festivo
pero reivindicativo. Cientos de carteles con frases contundentes. Mujeres de
todas las edades; mayores y muchas, muchas jóvenes con las ideas muy claras y
con muchas ganas de justicia coreaban canciones y gritaban sus denuncias. Las
demás afirmábamos el discurso con una sonrisa y caminábamos junto a ellas.
La manifestación transcurrió
sin incidentes, sin violencia, sin insultos y en la más absoluta paz.
Para celebrarlo, mi
amiga y yo, nos tomamos una cervecita en una terraza y nos volvimos a casa
caminando, nuevamente, ahora más cansadas pero felices. Sentíamos que con
nuestra participación estábamos poniendo nuestro pequeño granito de arena para
acabar con esta sociedad patriarcal tan injusta para las mujeres. Sentimos la sororidad
y la emoción a raudales. Gracias a todas por todo esto.
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